El desastre hidrológico que azotó sin clemencias la media isla de nuestra república, ha sido uno de los fenómenos más calamitosos que hasta la fecha hemos tenido en nuestro país. Sin lugar a dudas y sin temor a equivocarme, el ciclón David, no fue tan devastador como lo ha sido el desastre de Noel, que nos recuerda los tiempos de Noé y su diluvio.
Muchas veces los descuidos, como el que le pasó a una señora que salió a buscar ayuda, y, dejando a su hija en manos del hado o ser fantástico; para solicitar que le ayudasen a sacar ─los trastos de la casa─…, y cuando regresó ‘’la muy inteligente mujer’’, sólo halló el lugar que una vez su hija ocupó, las aguas se llevaron la niña.
Los ríos, dejan usufructuar sus cauces a los humanos, pero cuando estos desean su territorio, no piden permiso para ocupar nuevamente lo que en un momento era su morada. Lamentablemente, los descamisados como decía Eva Perón, son los que pierden sus vidas, familias, casas y el exiguo patrimonio que hayan logrado, con lágrimas y pocas sonrisas.
El poder destructor de la naturaleza no siempre lo determina la gravedad de una catástrofe; a menudo es la densidad de población en la zona afectada. Según el Banco Mundial, alrededor de la cuarta parte de los habitantes de más de ciento sesenta países vive en zonas de alto riesgo. ‘’Al acumularse cada vez más gente en la zona de riesgo, algo que tan sólo hubiese sido un fenómeno natural se convierte en una catástrofe’’.
Hace dos años y parece que fue ayer, en el 2005 el huracán Katrina hizo añicos a Nueva Orleáns y ustedes saben mejor que yo, la triste situación por la que pasaron los estadounidenses.
En la isla indonesia de Simeulue viven miles de personas. Sin embargo, cuando en 2004 fue embestida por un tsunami, sólo murieron siete. Sabiendo que las retiradas inusitadas de las mareas son indicios de un tsunami, la mayoría de la población huyó al ver que el mar retrocedía de forma amenazadora, ¿qué señales tenemos aquí? ¿Las de mentirología, digo, las de meteorología? ¿Funciona bien esa institución del Estado?, ¿Tiene los equipos y el personal necesario para prevenir con eficacia, una situación como la que pasó?
En el 2004, el caso que sucedió en Sri Lanka con el famoso tsunami que le quito la vida a más de 200.000 mil personas, caso que no se puede dejar pasar por alto en este articulo. Asimismo, también una ola de calor que en el 2003 azotó a Francia y murieron unas 30.000 personas en toda Europa. En el 2003 en la ciudad de Bam, Irán, murieron unas 40.000 mil personas a causa de un terremoto. En Sri Lanka en el 2003 murieron unas 1500 personas por un ciclón que les azotó. En el 2004 en el pacifico occidental una cantidad record de veintitrés tifones. Diez de ellos atravesaron el Japón donde causaron grandes daños y acabaron con la vida de 170 personas. Las lluvias afectaron a más de 30.000.000 millones de personas en todo el sudeste asiático, en particular en Bangladesh.
Millones de personas se quedaron sin hogares y casi 3.000.000 se vieron obligados a dejar sus casas y hubo más de 1300 personas muertas.
Un poco más hacia atrás, por allá en el año 1900 en Estados Unidos, el peor de los desastres de la historia que los estadounidenses han tenido, fue cuando en la ciudad isleña de Galveston (Texas EE.UU.) el 8 de septiembre de dicho año murieron entre 6000 a 8000 mil personas a causa de las olas causadas por la tormenta.
Aquel diciembre del 2004 nunca será olvidado por los habitantes de Sri Lanka, por otro lado, un articulista religioso admitió en un reportaje que a veces reza con los dientes apretados. Algunas personas opinan que las catástrofes son castigos divinos para aquellas ciudades que se manejan de manera inicua.
Otras personas opinan que el mundo va por mal camino y que Dios está airado, por tal motivo, envía esos desastres para hacerle ver a las personas que van mal por el camino que se están desplazando, ¿es Dios el responsable de las vicisitudes por las que los humanos pasan en estos tiempos? ¿No pondríamos a Dios como un asesino si decimos lo que otros dicen cuando afirman: Dios lo quiso así? O ¿Es necesario que eso pase porque Dios fue quien envió este desastre? Convertimos a Dios en asesino por las tragedias que pasan, cuando muchas veces; somos nosotros mismos lo causantes de las desgracias causadas.
El efecto invernadero cada día se hace más grande. Los árboles son desplazados por el pavimento. Los ríos son convertidos en charcas de estiércol. Las playas son destrozadas por los mismos humanos. Los ríos son símbolo de pesos, y, las granceras son sus verdugos.
El canal de Panamá, dentro de poco tiempo pasará a la historia y sólo será patrimonio de la humanidad, si el Ártico sigue el progresivo descongelamiento que lleva, pues, dentro de poco tiempo el canal marítimo y comercial será en el Ártico, ya que la distancia sería más corta para las navegaciones comerciales entre países del Asia, Europa y América.
Hay que agradecer el papel del embajador de nuestra hermana República Bolivariana de Venezuela, por las ingentes ayudas que han hecho a nuestros ─ademos─, ya que las ayudas que han hecho son de gran importancia y necesarias. A los demás países que han hechos sus aportes, también las gracias.
Hasta la próxima…
miércoles, 7 de noviembre de 2007
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