lunes, 20 de diciembre de 2010
El 4% A La Educación
Jean Jacques Rousseau [1712-1778]
Uno de los discípulo más aventajados de Sócrates, conocido como Platón, escribió el archiconocido libro llamado ‘’La República’’. En este libro que está compuesto por diez libros en total y, en el libro séptimo, es donde con ingente elegancia trata sobre un tema que está muy de moda en la actualidad…, la educación.
En el famoso mito de la caverna, donde Platón hace la alegoría de la ignorancia del hombre que carece de la educación más elemental, y que al salir de la caverna en la que ha vivido inmerso en su ignaro mundo, se encuentra con un mundo distinto al suyo, pues allí se encuentra con la luz, que es la educación, la cual iluminaría su ignorancia u oscuridad.
Uno de los más representativos personajes de lo que fue el “Siglo de las Luces o La Ilustración”, Jean Jacques Rousseau, escribió un libro que para la época fue un revuelo exorbitante, pero uno de los libros más importantes con respecto a la materia, este libro es “El Emilio o de la Educación”.
En dicho libro, el autor hace el siguiente señalamiento: ‘’Nacemos débiles y necesitamos fuerzas; desprovistos nacemos de todo y necesitamos asistencia; nacemos sin luces y necesitamos de inteligencia. Todo cuanto nos hace falta al nacer, y cuanto necesitamos siendo adultos, se nos da por la educación.’’*
José Ingenieros en su obra ‘’Las Fuerzas Morales**’’ dice: ‘’La educación es el arte de capacitar el hombre para la vida social. Sus métodos deben converger al desarrollo de todas las aptitudes individuales, para formar una personalidad armoniosa, intensa en el esfuerzo, serena en la satisfacción, digna de vivir en una sociedad que tenga por ideal la justicia.’’
La ley 66-97, del 15 de abril de 1997, en su Art. 197, modificada por la ley 451-08, dice: ‘’El gasto público anual en educación debe alcanzar en un periodo de dos años, a partir de la promulgación de esta ley, un mínimo de un dieciséis (16%), del gasto publico total o un (4%) del producto bruto interno (PBI) estimado para el año corriente escogiéndose el que fuere mayor de los dos’’ (…).
La educación de un país es algo indefectible, si un país no cuenta con una buena educación, inexorablemente estará inmerso en la caverna de la oscuridad y el Emilio será un ignaro con muy pocas opciones de desarrollo.
Los que andan pregonando en las avalanchas amarillas, no son los labios rosados o burgueses, es el proletario, que desea que una ley que hace mucho tiempo tenemos, no se siga violando. Los burgueses tienen como pagar colegios costosos, y pueden estudiar en: Harvard, Oxford, Yale, La Sorbona, Lomonósov, etc.
Cuando los Cristianos de perseguidos se convirtieron en perseguidores, quemaron la biblioteca de Alejandría, con dicho acto se incineró un mundo de conocimientos, no podemos dejar que niños y niñas aún en pleno siglo XXI, sigan estudiando debajo de árboles y se sigan quemando sus sueños.
Fuentes:
* Rousseau, Jean Jacques; Obras Escogidas,EL Emilio o de la Educación, Pág. 42, Instituto Cubano del Libro, La Habana, 1973.
** Ingenieros, José; Las Fuerzas Morales, Pág. 115.
Ley 66-97, del 15 de abril de 1997, modificada por la ley 451-08.
lunes, 4 de enero de 2010
Entre Títulos y Reflexiones
Mientras, a consecuencia de las leyes y de las costumbres, exista una condenación social que cree artificialmente infiernos en plena civilización, y turbie con una fatalidad humana el destino, que es divino; mientras no se resuelvan los tres problemas del siglo: la degradación del hombre en el proletariado, la decadencia de la mujer por el hambre, la atrofia del niño por las tinieblas; mientras en ciertas regiones sea posible la asfixia social; en otros términos, y desde un punto de vista mas dilatado aún, mientras haya ignorancia y miseria sobre la tierra (…).
Victor Hugo, Hauteville-House, 1ro de enero, 1862
A veces, es necesario volar sobre el pantano y lanzar un grito desesperado, para obtener con la fuerza de sheccid, el contraveneno; porque en ocasiones se convierte en brizna la juventud en éxtasis, y las preocupaciones te invaden como Atila a los romanos. Como Alighieri, he querido bajar al averno y encontrarme con Virgilio, pasar por el purgatorio y llegar al paraíso para ver a Beatriz, que quizás me haga feliz.
Serían muchas las preguntas que haría allí, pues le pediría a Virgilio que me llevara donde Sócrates, para preguntarle por qué no evitó la cicuta, a Séneca, preguntarle por qué accedió a cortarse las venas por órdenes de Nerón, y a Tomás Moro por qué permitió que se realizara su ejecución dada por Enrique VIII. También, preguntaría a los allí presentes, a la gran cohorte que en confuso tropel se halla, el por qué se entregaron a la molicie y a los vicios tan desmesuradamente como se entrego Fausto a Mefistófeles.
Que me perdone Nietzsche, en su ‘’Ocaso de los Ídolos, ’’ pues, allí hay respuestas que se omiten.
Muchos sufren sin saber el mal de Tántalo, el dolor de Orfeo por su Eurídice, la pena de Príamo y la pusilanimidad de Paris. Muchos se abalanzan con Dionisio, y se olvidan del estoicismo, para buscar el epicureísmo que les hace hedonistas y nihilistas. Otros, son tan desdichados como Áyax, tan trágicos como Edipo y tan castigados como Prometeo.
A veces es necesario volar, pero ¡ay!, si las alas son las de Icaro, ¿acaso no será necesario las manos de los hados para no caer en tan profundo abismo? Fementidas preocupaciones de los desmanes del dolor.
Pero se aprende a vencer los infortunios de la naturaleza con los Estoicos, a dudar con Carnéades y Arthur Schopenhauer, a discutir con Sócrates, y descansar con los Epicureístas, ¡oh! Nefanda. Sin dejar de superar las malas cosas de la vida con los Cínicos.
¡Oh!, Voltaire, cuan ingenuo era tu Cándido, pero la podrida sociedad lo impulsa a la molicie, al hurto, al homicidio ¡ay! Cunegunda.
¡Oh!, Jean Jacques Rousseau, ¿Dónde habrá quedado tu contrato social? Que mal lo han interpretado. Se han olvidado de tu Emilio y con donaire han tratado tu Eloisa. Maquiavelo nunca queda extemporáneamente ajeno a los tiempos. Parece verse no a lo lejos, los espectros de Pierre Joseph Proudhon y Mijaíl Alexándrovich Bakunin.
Razón tenías tú Nietzsche, al decir en tu Zaratustra, que el Estado es el ladrón más grande, que su latrocinio es tan ingente que hasta con los dientes que muerde son robados. El pueblo, que es tan manejable como un Sancho Panza, hace todo lo que le sugiere el Hidalgo Quijote. ¿Qué de “
¡Oh!, Molière, cuántos Harpagones hay en la política de estos tiempos, cuán interesante hubiese sido una sátira de esas tuyas, que con tanta maestría supiste hacer para catapultarte como el más grande comediógrafo de tu época y la póstuma.
¿De qué sirve la guerra si no existe la paz? ¿Qué dirías tú León Tolstoi? Muchos han esperado un cambio como esperó Penélope a su Ulises, pero esa espera se ha convertido en una infausta odisea.
Muchos…, han tenido como regalo la caja oblonga y se hacen acompañar del Ángel de lo extraño. Se afanan buscando el escarabajo de oro, y terminan descubiertas sus felonías por el corazón delator.