‘’Nuestras pasiones nos engañan a veces, y nos hacen creer ciertas apariencias contrarias a la realidad’’
Juan Bautista Poquelin (Molière) [1622-1673]
A veces, yo…, quisiera poseer los ojos de Edipo, para no ver lo que acontece en la media isla mancillada y triste en la que me ha tocado vivir. Asimismo, poseer las alas de Dédalo e Ícaro para volar y salir huyendo como el endeble pusilánime y así, no seguir viviendo en un país donde el desorden, deshonor, amoralismo, clientelismo, favoritismo, amiguismo e injusticia; lo confunden con lo justo y lo moral.
En el siglo XVII nació el más grande de los comediógrafos por antonomasia Juan Bautista Poquelin, quien con sus eximias sátiras, ridiculizaba con ahínco la vida de los galenos de la época. Murió el 17 de febrero de 1673, presentando el cuarto acto de la obra El Enfermo Imaginario.
En dicha obra el protagonista Argán, cree padecer una enfermedad que no tiene. No dejan de encontrarse los personajes que deben cuidar de la salud del enfermo imaginario, los médicos Diafoirus, Purgón y Fleurant, quines simulan una enfermedad en el supuesto convaleciente que les deja grandes emolumentos, por el cuidado de una enfermedad de falsías e hipocresías.
Esta comedia tiene grandes similitudes con el caso de la señora Vivian Lubrano de Castillo, pues después del indulto que le concedió el Presidente Leonel Antonio Fernández Reyna, se desapareció el ataque de pánico y el trastorno de ajuste del que padecía. Nunca se imaginó Fernández que su decreto sería más efectivo que las atenciones de los médicos, pues, con tan sólo emitir el decreto No.847-08, desaparecieron todos los males de la enferma imaginaria.
La Constitución en su Art.55, numeral 27, le atorga la facultad al Presidente para realizar indultos, y dice lo siguiente: ‘’Conceder indultos, total o parcial, puro y simple o condicional en los días 27 de febrero, 16 de agosto y 23 de diciembre de cada año, con arreglo a la ley’’.
El pastel del indulto no sólo favoreció a Vivian Lubrano, sino que también le fue concedido a Pedro Franco Badía, Gervasio de la Rosa, Milcíades Amaro Guzmán y Antonio Marte. El fraude del Plan Renove ahora queda como una comedia que no tuvo gracia, pues los actores fueron los únicos que se rieron, peor aún, pues se rieron del público que en este caso es el pueblo.
Indultar estas personas no es más que una burla a la ciudadanía de parte del Presidente, es un galardón a lo trágico, fatídico, ominoso, desfachatez y al deshonor.
¿Qué movió al Presidente ha otorgar estos indultos tan descabellados? ¿No hay en las penitenciarias del país, personas que lo merezcan de verdad? ¿Por qué a estas personas?
El indulto que otorgó Fernández, deja un desaliento en la ciudadanía que sólo le resta y envía un mensaje negro a la población. Cuando de forma fraudulenta extraiga lo que no te pertenece, hazlo por millones, así saldrás rápido de la prisión. Quizás con un indulto del Presidente.
Juan Bautista Poquelin (Molière) [1622-1673]
A veces, yo…, quisiera poseer los ojos de Edipo, para no ver lo que acontece en la media isla mancillada y triste en la que me ha tocado vivir. Asimismo, poseer las alas de Dédalo e Ícaro para volar y salir huyendo como el endeble pusilánime y así, no seguir viviendo en un país donde el desorden, deshonor, amoralismo, clientelismo, favoritismo, amiguismo e injusticia; lo confunden con lo justo y lo moral.
En el siglo XVII nació el más grande de los comediógrafos por antonomasia Juan Bautista Poquelin, quien con sus eximias sátiras, ridiculizaba con ahínco la vida de los galenos de la época. Murió el 17 de febrero de 1673, presentando el cuarto acto de la obra El Enfermo Imaginario.
En dicha obra el protagonista Argán, cree padecer una enfermedad que no tiene. No dejan de encontrarse los personajes que deben cuidar de la salud del enfermo imaginario, los médicos Diafoirus, Purgón y Fleurant, quines simulan una enfermedad en el supuesto convaleciente que les deja grandes emolumentos, por el cuidado de una enfermedad de falsías e hipocresías.
Esta comedia tiene grandes similitudes con el caso de la señora Vivian Lubrano de Castillo, pues después del indulto que le concedió el Presidente Leonel Antonio Fernández Reyna, se desapareció el ataque de pánico y el trastorno de ajuste del que padecía. Nunca se imaginó Fernández que su decreto sería más efectivo que las atenciones de los médicos, pues, con tan sólo emitir el decreto No.847-08, desaparecieron todos los males de la enferma imaginaria.
La Constitución en su Art.55, numeral 27, le atorga la facultad al Presidente para realizar indultos, y dice lo siguiente: ‘’Conceder indultos, total o parcial, puro y simple o condicional en los días 27 de febrero, 16 de agosto y 23 de diciembre de cada año, con arreglo a la ley’’.
El pastel del indulto no sólo favoreció a Vivian Lubrano, sino que también le fue concedido a Pedro Franco Badía, Gervasio de la Rosa, Milcíades Amaro Guzmán y Antonio Marte. El fraude del Plan Renove ahora queda como una comedia que no tuvo gracia, pues los actores fueron los únicos que se rieron, peor aún, pues se rieron del público que en este caso es el pueblo.
Indultar estas personas no es más que una burla a la ciudadanía de parte del Presidente, es un galardón a lo trágico, fatídico, ominoso, desfachatez y al deshonor.
¿Qué movió al Presidente ha otorgar estos indultos tan descabellados? ¿No hay en las penitenciarias del país, personas que lo merezcan de verdad? ¿Por qué a estas personas?
El indulto que otorgó Fernández, deja un desaliento en la ciudadanía que sólo le resta y envía un mensaje negro a la población. Cuando de forma fraudulenta extraiga lo que no te pertenece, hazlo por millones, así saldrás rápido de la prisión. Quizás con un indulto del Presidente.
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